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Carlos Meyer Baldó: El piloto venezolano que voló bajo las órdenes del “Barón Rojo” durante la Primera Guerra Mundial

Hace 110 años el mundo entró en un conflicto como nunca antes.

La Gran Guerra o la Primera Guerra Mundial fue un enfrentamiento sin precedentes que abarcó a casi toda Europa y arrastró a países de varios continentes.

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Sus efectos fueron devastadores: más de 10 millones de militares y 9 millones de civiles muertos. Asimismo, los bandos no solo lucharon por tierra y mar como en el pasado, sino que también lo hicieron en el aire.

Entre esos pioneros que combatieron en los cielos hay uno que, por su origen, no debía estar allí. Se trata de Carlos Otto Meyer Baldó, un venezolano quien voló bajo las órdenes de Manfred von Richthofen, el as de la aviación germana que pasaría a la historia con el apodo del “Barón Rojo”.

Por qué Meyer terminó luchando en un conflicto en el que su país natal no era parte ni estaba involucrado? ¿Cómo se hizo piloto? Para responder estas preguntas BBC Mundo entrevistó a historiadores y consultó registros oficiales.

Una serie de casualidades
Meyer nació en Maracaibo, la capital del occidental estado Zulia (fronterizo con Colombia) el 21 de abril de 1895 en el seno de una familia acomodada y fue bautizado como Karl Otto (Carlos Otto).

Su padre, Johannes Ludwig Karl Meyer Groeve, era un comerciante alemán que se trasladó a finales del siglo XIX a Venezuela atraído por el entonces lucrativo negocio del café.

El empresario llegó como empleado de firmas dedicadas a la exportación de productos agrícolas, pero luego se convirtió él mismo en productor del preciado grano al adquirir grandes plantaciones cafeteras en la zona de Los Andes.

En Venezuela el emigrante conoció a María Amelia Baldó Jara, con quien se casó y tuvo a nueve hijos, de los cuales Carlos sería el quinto.

La participación de Meyer en el conflicto bélico la sellaría, sin intención, su propio padre, quien tras deshacerse del negocio cafetero se mudó con toda su familia de regreso a Alemania, más precisamente a Hamburgo.

“En 1914, cuando estalla la guerra, Carlos estaba en Alemania y como era ciudadano alemán fue llamado a tomar las armas, como ocurrió con todos los demás habitantes de ese país”, afirmó Clemente Balladares Castillo, quien ha escrito dos libros dedicados al personaje.

Con 18 años cumplidos se alistó en el III Escuadrón de Caballería Dragones Rey Karl I de Rumania y tras un breve entrenamiento fue enviado al frente ruso.

Sin embargo, en 1916 vuelve a Alemania, se lee en el libro “Historia de la Aviación Militar Venezolana”.

En este momento otra coincidencia le abriría al joven las puertas al novedoso y peligroso mundo de la aviación castrense.

“Los soldados de clase media, como él, generalmente comenzaban en la caballería”, explicó Balladares, quien pese a ser biólogo de formación, siempre le ha interesado la historia y dedicó más de una década a investigar en Venezuela, en Estados Unidos y en Alemania sobre el aviador.

“En la Primera Guerra Mundial la caballería empezó a perder relevancia debido a la aparición del tanque, de las ametralladoras y de otros avances tecnológicos. Y, por ello, muchas de las unidades de caballería fueron disueltas y sus miembros buscaron otros destinos: la Marina, por los submarinos; y sobre todo a la aviación”, agregó.

Con el “Circo Volante”
De vuelta en Alemania el ya teniente Meyer se enrola en la Escuela de la Aviación y sus andanzas por los cielos comenzaron como piloto de observación y de reconocimiento.

Su actuación en el frente francés le hizo merecedor de una condecoración y le permitió alistarse en el escuadrón de combate número 11 (Jasta 11), el cual buscaba nuevos pilotos.

A esta unidad se le conoce como el “Circo Volante”, por los colores llamativos con los cuales estaban pintados de los aviones que lo conformaban.

El aeroplano del líder del grupo, Manfred von Richthofen, era de color rojo intenso. Esto, junto al origen aristocrático del aviador explican porque ha pasado a la historia con el apodo del “Barón Rojo”.

El “Circo Volante” era la unidad élite de la naciente aviación militar germana, pues derribó 644 aviones con sólo 56 bajas. Y Meyer fue el único latinoamericano en formar parte de ella.

El propio Von Richthofen liquidó a 80 rivales en 58 enfrentamientos, antes de ser abatido sobre los cielos de Francia el 21 de abril de 1918, según datos del Museo de la Real Fuerza Aérea de Reino Unido.

Él tiene cuatro derribos totalmente confirmados (dos ingleses y dos franceses) y además se cree que logró destruir un avión estadounidense y un globo inglés, por lo que en algunos países se le puede considerar un as de la aviación”, afirmó Balladares.

La contribución del venezolano fue reconocida por las autoridades germanas, quienes le dieron dos cruces de hierro, máximas condecoraciones militares.

“Ser piloto de combate en ese momento no era como ahora, que los enfrentamientos se dan a kilómetros de distancia. En ese momento se luchaba a menos de 50 metros para poder dar en el blanco y los aviones eran de madera y de tela; y no había paracaídas. Los paracaídas apenas llegaron en 1917, en el último año de la guerra”, recordó Balladares.

BBC news mundo

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