Crónica del pasado: El secuestro de las hijas de Renny

En los registros de la historia criminal venezolana, pocos casos han causado tanta conmoción como el secuestro de hombre de TV Renny Ottolina. Noviembre de 1969. La lujosa camioneta Ford último modelo conducida por Teófilo Arias, el chofer de confianza de la familia Ottolina lleva a las tres menores: Rina, Rhona y René a sus colegios. Unas estudian en el Colegio Francia y la otra en el Mater Salvatore. De repente, un automóvil blanco le corta el paso a la camioneta. Aparecen cinco hombres con ametralladoras y a empujones los asaltantes introducen a las sollozantes Rina y Rhona en el carro blanco. Las adolescentes tienen 15 y 16 años respectivamente. A la pequeña René de 7 años la dejan con el conductor a quien entregan una carta para Renny Ottolina.

En la misiva los criminales advertían al animador de TV que no se comunicara con las autoridades y que no permitiera que se conociera la situación, pero de alguna manera los medios se enteran y la noticia aparece en todos los noticiarios. Renny convoca a la prensa a su casa para comunicarse con los que tienen a sus hijas y declara:

-Sólo quiero a mis hijas. La noticia se coló sin mi intervención. Yo directamente me entenderé con ustedes y no quiero que la policía intervenga. Cumpliré sus instrucciones y estoy dispuesto a hacer lo que sea.

Por su parte su esposa declaraba:

-No queremos la ayuda ni intervención de nadie. No voy a declarar mas nada. Por favor váyanse. Vamos a cumplir las instrucciones de la carta.
Como es costumbre, las especulaciones estaban a la orden del día. Unos decían que se trataba de hampa común, que vio una presa fácil en la familia del millonario hombre de TV, mientras que otros sospechaban de los grupos de la ultraizquierda que pretendían trasladar la revolución de Cuba a Venezuela. Otra de las cosas sobre las que se especulaba era el monto que habrían solicitado los captores. Se hablaba de un millón de bolívares, cifra extraordinaria para la época.

Los Ottolina se negaban a recibir a los funcionarios de la PTJ que trataban de entrevistarse con los atribulados padres. En la sospecha de que podría tratarse de un delito político la Disip abrió también su averiguación. Estas sospechas se confirmarían mas tarde.

Un vocero de la PTJ declaraba a “Ultimas Noticias”:
-Estamos con los brazos atados. No hemos recibido ni siquiera una denuncia de los agraviados.

Aunque en esos tiempos el secuestro era algo muy raro en el país, apenas en el mes de mayo de ese mismo año un menor de edad había sido secuestrado, pero el caso fue solucionado por la PTJ y sus autores, dos sujetos de nacionalidad húngara, Ernest Rotemberg y Pablo Hartman, habían sido enjuiciados y condenados.

En un momento en que no lo vieron, Renny salió de la casa y llevó a un lugar solitario en la Carretera de Guarenas, algo ´más de un millón de bolívares en billetes de cien, más una menor cantidad en dólares americanos, como habían pedido los guerrilleros.

Apenas habían pasado unas horas del secuestro, cuando las adolescentes fueron liberadas.

Pese a la falta de colaboración de Renny y su familia, las averiguaciones conjuntas de la PTJ y la DISIP fueron avanzando lentamente hasta que se determinó la participación de guerrilleros de la izquierda comunista en el deplorable hecho. Varios de los autores fueron plenamente identificados. Dos años después dos de estos guerrilleros trataban de cobrar el secuestro del industrial Carlos Domínguez, conocido como “el rey de la hojalata” y fueron enfrentados por una comisión de la DISIP, que los abatió.

El resto terminó por acogerse a la política de “pacificación” del gobierno de Rafael Caldera. Uno de los secuestradores fue hace pocos años diputado por un partido de izquierda y es el presidente de la ex fiscal general de la República.

Notitarde