Dejó morir a su hija en silla de ruedas tras mantenerla en condiciones infrahumanas
Un hombre fue reconocido el martes culpable en el Reino Unido de homicidio involuntario por negligencia grave por dejar morir a su hija adolescente obesa, encontrada muerta en condiciones “sórdidas”.
Kaylea Titford, de 16 años, fue hallada muerta en octubre de 2020 en condiciones que el tribunal calificó de “impropias de cualquier animal”, en la casa de la familia, en la localidad de Newton, Gales.
La adolescente pesaba entonces 146 kilos.
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Su madre, Sarah Lloyd-Jones, de 39 años, se declaró culpable de homicidio por negligencia grave el año pasado, pero su padre, Alun Titford, negó los cargos.
Este martes el jurado le declaró culpable después de más de siete horas de deliberación. La sentencia se dictará el 1 de marzo.
Durante el juicio, Titford explicó que no había cuidado a su hija porque era “perezoso”.
Kaylea, que estaba en silla de ruedas, murió consecuencia de una inflamación y de la infección de una úlcera, resultante de su obesidad y de su inmovilidad.
Los servicios de emergencia que acudieron al lugar el 10 de octubre de 2020 describieron un olor a “podrido” en la habitación. También se encontraron gusanos y los expertos creen que se alimentaron del cuerpo, según los testimonios del juicio.
Según la fiscalía, la joven, que desde 2017 no tenía seguimiento médico, no se levantó de la cama durante la pandemia y su silla de ruedas se le había quedado pequeña.
La patilla