EE. UU evalúa nuevos puntos para enviar activos militares adicionales al mar Caribe
El propósito final de la operación de interdicción de narcóticos impulsada por la administración Trump en el Caribe continúa siendo ambiguo, aunque su enfoque hacia el gobierno de Nicolás Maduro sigue generando atención internacional.
Si bien una ofensiva militar directa contra Venezuela parece descartada por el momento, fuentes estadounidenses reconocen que Washington evalúa ampliar el despliegue de recursos en la región.
De acuerdo con un alto funcionario citado por The War Zone, el Pentágono realiza estudios para determinar si enviará más activos militares al área, sin precisar el tipo de unidades ni los plazos para tomar una decisión.
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Sin embargo, informes periodísticos y de inteligencia abierta confirman que la presencia norteamericana ha crecido en el Caribe y Centroamérica durante las últimas semanas.
En particular, se reporta la operación de al menos tres aeronaves estadounidenses en El Salvador, entre ellas un AC-130 Ghostrider, avión de combate nocturno equipado para ataques de precisión, un P-8A Poseidón de patrulla marítima de la Armada, y un C-40 Clipper sin distintivos, cuyo uso y propósito aún no han sido esclarecidos.
El diario The New York Times señaló que el C-40 ha realizado vuelos conjuntos con aviones de vigilancia, algo inusual para una aeronave de transporte, lo que sugiere una posible función de apoyo en misiones de reconocimiento o coordinación logística.
El P-8A Poseidón, uno de los aviones de patrulla más avanzados del mundo, tiene la capacidad de rastrear embarcaciones pequeñas en amplias zonas oceánicas, mientras que el AC-130 Ghostrider puede ejecutar ataques de alta precisión.
Analistas no descartan que ambas aeronaves estén operando de forma complementaria bajo un esquema de “detección y eliminación”, en el cual el Poseidón identifica los objetivos y el AC-130 los neutraliza.
Consultado sobre el papel de los Ghostriders en las recientes operaciones contra supuestas embarcaciones de narcotráfico, el Departamento de Defensa declinó ofrecer detalles, argumentando que esa información se encuentra protegida bajo protocolos de seguridad operativa.
Aunque la expansión de la presencia militar estadounidense en el Caribe es evidente, no existen señales de una acción militar inmediata contra Venezuela, y las actuales maniobras parecen centrarse en reforzar las capacidades de vigilancia y control marítimo en el marco de la campaña antinarcóticos.
Versión Final
