Así aterrizó la sonda espacial Blue Ghost en la luna este 2 de marzo
La nave no regresará a la Tierra, recopilara datos en la superficie lunar por 14 días y luego se apagará
El domingo 2 de marzo de 2025, la sonda espacial Blue Ghost, propiedad de la empresa estadounidense Firefly Aerospace, logró aterrizar con éxito en la superficie lunar, convirtiéndose en la segunda nave privada en hacerlo de manera exitosa.
Este hito se alcanzó tras un viaje de aproximadamente 46 días, iniciado el 15 de enero desde Cabo Cañaveral, Florida. La misión forma parte del programa Servicios Comerciales de Carga Lunar (CLPS) de la NASA, dentro del ambicioso plan de retorno a la Luna del programa Artemis.
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La información sobre este logro ha sido ampliamente difundida por fuentes como la página informativa de EFE, destacando el éxito de la misión y su importancia en el contexto de la exploración espacial privada.
¿Cómo fue el aterrizaje?
El módulo de aterrizaje Blue Ghost no está diseñado para regresar a la Tierra. Su misión es recopilar datos científicos en la superficie lunar durante un período aproximado de 14 días terrestres, que es la duración de un día lunar.
Después de completar su misión, el módulo se apagará debido a la falta de energía solar durante la noche lunar, que dura aproximadamente dos semanas terrestres.
¿Qué herramientas lleva Blue Ghost?
La sonda Blue Ghost transportó un conjunto de 10 instrumentos científicos de la NASA, diseñados para analizar el subsuelo, la superficie y la atmósfera lunar durante un período de aproximadamente 14 días terrestres.
Entre los instrumentos destacan un taladro para medir la temperatura a profundidades de hasta 3 metros bajo la superficie y una aspiradora para recolectar polvo lunar para su posterior análisis.
El lugar de aterrizaje, cerca de Mons Latreille en el Mare Crisium, fue seleccionado por su estabilidad y ausencia de anomalías magnéticas que podrían interferir con los instrumentos.
El aterrizaje exitoso de Blue Ghost marca un importante avance en la colaboración entre la NASA y las empresas privadas para impulsar la exploración lunar y senta las bases para futuras misiones tanto a la Luna como a Marte.
La NASA ha invertido significativamente en este programa, con un contrato de 101,5 millones de dólares para la entrega de la carga científica. Este logro también refuerza la posición de Estados Unidos en la carrera espacial, donde empresas como Firefly Aerospace están liderando el camino en la exploración comercial del espacio.
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