Sucesos

La torturaron, mataron y escondieron su cabeza en una muñeca de Hello Kitty: el siniestro caso Fan Man-yee

Los tres condenados por «el asesinato de Hello Kitty” fueron Chan Man-lok, Leung Shing-cho y Leung Wai-lun. Tenían 34, 27 y 21 años en el momento del crimen.

La policía dijo que Chan tenía una personalidad impulsiva y no sentía simpatía por el sufrimiento de la víctima; que Leung Shing-Cho era antisocial, psicópata, desobediente e irritable; que Leung Wai-lun era irritable e impiadoso.

Las personalidades de los antagonistas de esta historia van de la mano con lo que pasó el fatídico abril de 1999 en un sucio edificio de Hong Kong.

Recibe las noticias directo en tu Whatsapp.
UNIRME A CANAL DE WHATASPP

El Canal del WhatsApp es más seguro, ya que otros usuarios no ven tu número telefónico

Un descubrimiento espantoso

Algunos dicen que un sueño resolvió el asesinato más macabro de la historia de la tierra de Jackie Chan.

El 24 de mayo de 1999, una trabajadora social denunció que la novia de uno de los acusados le había confesado que venía soñando con situaciones similares a las que vivió Fan Man-yee -la protagonista de este relato- antes de morir.

Dos días después de la denuncia de la trabajadora social, la policía halló en el tercer piso de un edificio del centro comercial Tsim Sha Tsui una muñeca de Hello Kitty rodeada de gusanos.

El hallazgo destrabó el caso, ya que los agentes no demoraron demasiado en darse cuenta de que dentro del hediondo peluche estaba escondido el cráneo de Man-yee.

Deuda mortal

La escena era horrible: en el departamento, además de la muñeca de Kitty, había ollas calientes con restos de huesos hervidos y heces.

El cráneo de Fan Man-yee llegó al interior del juguete semanas después de que el trío la secuestrara por una deuda que la mujer tenía con uno de ellos desde 1997.

Man-yee era anfitriona de un club nocturno y le debía a Chan, un mafioso de la zona, alrededor de 8000 yenes (alrededor de 60 dólares) que le había robado para pagar los gastos médicos de su abuela.

Cuando el delincuente se enteró, le ordenó a Leung Shing-cho y Leung Wai-lun que fueran a buscan a Fan y cobraran su dinero sí o sí.

Los secuaces de Chan lograron que Man-yee les diera 4000 yenes, pero nada más. La mujer tardaría tanto en reunir el resto del dinero que debía que, por los intereses que el mafioso le iba agregando, su deuda aumentó rápidamente a 30.000 yenes.

La mujer quedaría embarazada y su deuda se acrecentaría todavía más. En consecuencia. el 17 de marzo de 1999 Chan tomó una drástica decisión: les ordenó a los Leung que secuestraran a Fan y la encerraran en el tercer piso del edificio en donde se desarrollaría la pesadilla para obligarla a pagar

Muchos de los sometimientos que sufrió Fan con sus sádicos secuestradores son irreproducibles.

​​Las torturas ejecutadas por el trío fueron varias. Casi todo el tiempo las practicaban por diversión bajo los efectos de las metanfetaminas. Usaron aceite de cocina, heces, orina y fuego

A mediados de abril, el cuerpo maltratado de Fan Man-yee no aguantó más y la mujer murió.

Crueldad sin límites

Los asesinos llevaron el cadáver a una bañera para que terminara de sangrar. Luego aserraron sus huesos, pusieron sus órganos en bolsas de plástico e hirvieron todo en ollas. Chan fue el encargado de incinerar la cabeza de la víctima con una estufa de kerosene.

Al mismo tiempo, mientras se deshacían del cuerpo, la policía acudió al edificio en donde se encontraban porque alguien justo había hecho una denuncia por violación.

Apurados, con miedo de que los atraparan, los delincuentes arrojaron los huesos restantes de Fan por la ventana y Chan escondió lo que quedaba de la cabeza de Yee en la ya mencionada muñeca de Kitty. Cuando finalizó les ordenó a sus laderos que le dieran la poca carne sobrante de la mujer a unos perros.

El juicio

Hubo testigos. El día que los hombres se deshicieron del cadáver, una persona dijo que vio a uno de ellos calentando un cuchillo y le sacó fotos. Otra declaró que percibió un olor hediondo saliendo del departamento en donde se encontraban

Finalmente, los tres no tardaría en caer en manos de la policía. Uno de de los dos Leung se entregó, a Chan lo atraparon y el otro secuaz fue arrestado recién en febrero del año siguiente.

En el juicio, los siete miembros del jurado los acusaron por tres cargos de asesinato, encarcelamiento ilegal e impedir la sepultura.

Al principio negaron haberla matado: argumentaron que Fan murió porque había consumido metanfetaminas por su cuenta. Incluso hubo un momento en que los dos Leung acusaron a Chang de haber cometido el crimen él solo.

El interrogatorio a los tres acusados finalizó en noviembre de 2000. En aquel entonces no quedó claro si la mujer murió a causa de las metanfetaminas o por las golpizas recibidas, pero todos fueron condenados.

El 6 de diciembre de ese año, los tres recibieron cadena perpetua por homicidio involuntario. Uno de ellos, Leung Shing-cho, salió en 2014 debido a que la Justicia aceptó su apelación por homicidio involuntario y le dio una pena menor

Clarín

Mira nuestras noticias en Instagram.
SIGUENOS EN INSTAGRAM


Publicaciones relacionadas

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Botón volver arriba