Muere joven futbolista en accidente de la Villa del Rosario, pertenecía al Cúcuta Deportivo (+Detalles)

Hace una semana, Luis Aro recibió la gran noticia de ser promovido al equipo Sub-20 del Cúcuta Deportivo tras tener una temporada destacada en la Sub-17, elenco con el que alcanzó a disputar la sexta fase del Torneo Nacional, organizado por la Difutbol.

Pero el sueño de brillar con su talento ya no se dará.Desde el lunes 28 de octubre, el jugador cucuteño, quien residía en Ureña (Venezuela), estuvo en los entrenamientos de la máxima categoría de las divisiones menores bajo la tutela del entrenador Ulises Arrieta, quien fue asignado como director técnico de la Sub-20 hace un par de meses.

Aro apenas había cumplido con tres sesiones en la cancha Maracaná de Villa del Rosario, antes de que en la mañana de este jueves 31 de octubre, cuando iba camino a desarrollar la cuarta jornada, perdiera la vida en un aparatoso accidente de tránsito en el Anillo Vial Oriental, antes de llegar a la redoma de Villa Silvania.

El talento, de 17 años, tiene de luto a la institución rojinegra que llora la partida de uno sus juveniles con largo proceso en el club.

«Era el segundo capitán del equipo. Fue el tercer jugador con más minutos disputados y desde su posición dio dos asistencias. Fue de los que más compitió y eso llevó a que fuera promovido. No se ahorraba nada”, comentó el técnico, evidentemente conmovido.

Un jugador con proyección

Juan Carlos Pabón, abogado del club y quien en el pasado coordinó las divisiones menores, afirmó que en la planificación del rojinegro, Aro jugaría Supercopa Juvenil Sub-20 en 2025.

“Es una noticia que nos tiene a todos destrozados. Era un 2007 destacado, que pese a contar con pocos recursos económicos, era muy cumplido con sus entrenamientos, con disposición para los partidos. En la competencia era comprometido, polifuncional como volante o lateral derecho. Tenía compromiso con esos colores, era una muestra de ejemplo de los juveniles del Cúcuta”, reseñó Pabón.

El lamento es gigante en la institución, pues era claro el trabajo que hacía Luis por llegar al profesionalismo y ayudar a su familia económicamente, un sueño que no se cumplirá tras el trágico accidente en la moto que adquirió tan solo hace dos meses“Es un dolor fuerte que no se puede describir. Uno comparte en viajes, convive con ellos a diario, compartimos muchas charlas de problemas familiares, situaciones económicas.

El vacío que deja es enorme. Los que compartieron con él, saben conocieron la clase de persona que fue. Es un hijo más que se le muere a uno”, dijo Aristizabal.

La Opinión