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No hay cárceles en Venezuela para homicidas con problemas mentales

Las mentes están fugadas, pero sus cuerpos detrás de unas rejas. Las personas con problemas psiquiátricos y que cometen algún delito como homicidio son inimputables por la ley, pero en Venezuela estos pacientes viven en el limbo ante la falta de un sitio de reclusión para ser tratados, deben convivir con el hampa común y son víctimas de fallas para ejercer las políticas públicas del Estado, que están escritas y engavetadas, reseñ+o La Prensa de Lara.

Ante la falta de un centro de reclusión para pacientes psiquiátricos, algunos jueces envían a Hospitales Psiquiátricos a estas personas que cometen delitos, pero en el país estos han comenzado a desaparecer por la crisis económica y emigración de especialistas en la salud mental.

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Marco Tulio Mendoza, médico psiquiatra, detalló que la ley establece que las personas con trastornos mentales no pueden ser imputadas, debido a que no son capaces de razonar lo que ocurre o hicieron. Destaca que ellos (pacientes) llegan a oír voces de que se están metiendo con ellos y que tienen enemigos, lo que causa que en la mayoría de las veces ellos se presenten violentos.

Sin embargo, el especialista asegura que deben ser recluidos en un centro psiquiátrico, pero casi no existen en Venezuela o no tienen capacidad para atender a más personas con enfermedades mentales.

Tanto criminólogos como miembros de ONG en defensa de privados de libertad concuerdan que los pacientes psiquiátricos deben estar detenidos, pero en centros especializados, pues aseguran que algunos se tornan violentos y podrían convertirse en asesinos seriales como ocurrió en el caso de José Dorancel Vargas Petro, el «Comegente».

«No era peligroso»

El «Comegente» con 64 años de edad, es sindicado de ser uno de los asesinos más sanguinarios en la historia contemporánea de Venezuela, pues no solo mataba a sus víctimas, sino que también se las comía.

En 1995, cuando fue declarado culpable de matar y comerse a Cruz Baltazar Moreno quien para esa época había caído en la indigencia, fue diagnosticado con esquizofrenia paranoide y posteriormente fue enviado al centro de rehabilitación psiquiátrica «Dr. Raúl Castillo», de Peribeca, del estado Táchira.

Años más tarde, fue liberado del centro de rehabilitación, pues los profesionales que lo examinaron, dieron cuenta de que ya no representaba ningún peligro para la sociedad. Solo tres años pasaron desde la liberación de Vargas, cuando hombres atléticos y en buena forma empezaron a desaparecer y poco tiempo después las autoridades determinaron que existía un caníbal y este era el «Comegente».

Desde hace más de dos décadas Doráncel permanece recluido en el Centro de Resguardo y Custodia de Ciudadanos Aprehendidos de la Policía del estado Táchira. Tiene una celda para él solo, pero sin un personal capacitado para tratar a pacientes con problemas mentales.

En Venezuela existió un centro psiquiátrico penitenciario en el estado Guárico. Hace más de cincuenta años se inauguró la Penitenciaría General de Venezuela (PGV) y cuentan los abogados consultados que para ese momento era una cárcel modelo.

La PGV contaba con un área psiquiátrica, una imprenta y muchas hectáreas para la agricultura y la ganadería, pero que poco a poco se fu deteriorando y estuvo fuera del control del Estado y supuestamente quienes lideraban el recinto eran los pranes.

Mató a su familia

Uno de los casos más recientes y dantesco fue la muerte de una familia en el caserío El Degredo, municipio Andrés Eloy Blanco del estado Lara. El menor de cinco hermanos sería el presunto responsable en la muerte de sus padres y dos hermanas.

Con una mirada fría, la mitad de su rostro golpeado y su vestimenta ensangrentada, así estaba en agosto José Vicente Aguilar Manzano, de 22 años, presunto responsable en el crimen de su familia. Las víctimas recibieron machetazos certeros y a dos de sus víctimas las decapitó.

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El joven padece de una enfermedad mental, que no fue tratada con medicamentos. Un allegado a la familia contó que hace un par de años fueron advertida por un especialista, pero su padre se negaba a creer que su hijo sufría esquizofrenia.

En un CDP

A José Vicente lo atrapó la comunidad y lo entregaron a funcionarios del Eje de Homicidios y desde el 13 de agosto de 2021, se encuentra detenido en los calabozos del Centro de Detención Preventivo (CDP) del Cicpc a la espera de la audiencia preliminar.

Durante la fase de investigación, fuentes policiales alegaron que el joven de 22 años de edad, podría enfrentar la pena máxima, sin embargo estaban esperando por los exámenes médicos que comprueben hasta qué punto de consciencia logró cometer tan atroz crimen.

El hombre fue imputado por el Ministerio Público por los presuntos delitos de parricidio y homicidio agravado.

Con seguridad

Luis Izquiel, abogado penalista y experto en temas de seguridad ciudadana, explica que sobre las personas con enfermedades mentales recaen medidas de seguridad, denominada jurídicamente.

Izquiel explica que si el delito es grave, un juez podría dictaminar la permanencia de la persona en un centro de atención psiquiátrico, sin embargo coincide con varios especialistas consultados por LA PRENSA, que aseguran que en Venezuela no hay lugar para personas asesinas con problemas mentales.

El abogado destacó que este tipo de personas, que no reciben una pena porque tienen enfermedades mentales graves, reciben una medida de seguridad, pero no pueden ser enviados a psiquiátricos especiales sino tienen que ser recluidos al lado de presos comunes. Hace referencia al caso del «Comegente»

«Se han presentado casos donde algunos presos amenazan a los otros y que harán entrada al ‘Comegente’ para hacer locuras allí», comentó el abogado.

Izquiel hace referencia a la teoría de Cesare Lombroso, criminólogo y médico italiano del siglo 19, donde él denominaba a los «delincuentes locos», que eran enfermos mentales que no son responsables de sus actos y se encontraban en cárceles comunes. Explicó que aun en el siglo 21 se siguen observando pacientes mentales en los penales.

Especialistas destacan que en el país no existen suficientes Hospitales Psiquiátricos por falta de voluntad política.

Menos violentos

El psiquiatra Marco Tulio Mendoza explicó que los pacientes llegan a oír voces, que tienen enemigos y es por esto que ellos se presentan violentos.

«Hay una fantasía con respecto al paciente mental, piensan que ellos son más agresivos que el resto de la población y según estudios demuestran que los pacientes son menos violentos que la población en general», comentó Mendoza.

La falta de psicofármacos y el elevado costo ha generado eventos agresivos en estos pacientes. El especialista Mendoza comentó que son muy mínimas las cifras de los pacientes que logran tener acceso a estos medicamentos por los altos costos.

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