Curiosidades

Por qué es mejor respirar por la nariz que por la boca

La respiración es un proceso esencial que, aparentemente, no necesita ser aprendido: todos respiramos desde que nacemos y no tenemos que entrenarnos para hacerlo bien.

¿Es así realmente? Pues no. Según los últimos estudios, parece que hay algo de técnica que aprender. Entre otras cosas porque no es lo mismo respirar por la nariz que por la boca.

Una persona respira en promedio alrededor de 10.000 a 12.000 litros de aire en un día. Este aire, por muy limpio que esté, contiene partículas en suspensión como polvo, bacterias, virus o esporas de hongos que se depositan en las vías respiratorias y las superficies alveolares del pulmón.

Recibe las noticias directo en tu Whatsapp.
UNIRME A CANAL DE WHATASPP

El Canal del WhatsApp es más seguro, ya que otros usuarios no ven tu número telefónico

Pero no entremos en pánico antes de tiempo: el aparato respiratorio sabe limpiarse y defenderse por sí mismo. En realidad, sólo las partículas extremadamente pequeñas consiguen alcanzar el pulmón, con un diámetro inferior de entre 3 a 5 micras.

Los cilios son unas proyecciones minúsculas parecidas al pelo y mucho más pequeñas que la punta de un alfiler.

Se encuentran por miles en la mucosa de las vías respiratorias: cada célula de la mucosa de la nariz y bronquios posee unos de 25 a 30 cilios, con una longitud promedio de 5 a 7 micras.

Los cilios sobresalen de las células y se mueven como si fueran las cerdas de un cepillo cuando barremos.

Su función es limpiar la nariz de las partículas de hasta 0,5 milímetros de diámetro que entran, arrastrándolas hacia la faringe para que sean eliminadas de la nariz en apenas 10 o 15 minutos.

El superpoder de estos héroes celulares es su supervelocidad: se agitan más de mil veces por minuto y consiguen desplazar hacia arriba la mucosidad que recubre la tráquea, con el fin de que los microorganismos patógenos y las partículas queden atrapados en esta capa de mucosidad.

Una vez que se encuentran allí, pueden expulsarse por medio de la tos o ser arrastrados hasta la boca, donde no hay cilios, y ser deglutidos. Eso los convierte en un mecanismo de defensa crucial contra las infecciones de la nariz, senos nasales y bronquios.

Respirar por la boca cambia los huesos de la cara

Respirar de manera habitual por la boca puede deberse a factores genéticos, malos hábitos orales u obstrucción nasal (hipertrofia de adenoides o amígdalas), presencia de pólipos nasales, desviación del tabique nasal, hipertrofia de cornetes o sinusitis.

Además, la respiración bucal puede estar relacionada con alergias respiratorias, condiciones climáticas o mala posición para dormir.

Y no hay que restarle importancia. Respirar por la boca puede cambiar la disposición de los huesos faciales en los niños.

Según una revisión científica realizada a partir de metaanálisis, la respiración por la boca provoca en los niños cambios en el desarrollo de los huesos faciales y una mala oclusión (la boca no cierra de manera apropiada por mal alineamiento de los dientes).

Entre otros cambios, la mandíbula y el maxilar rotan hacia atrás y hacia abajo, y existe una tendencia de inclinación labial de los dientes anterosuperiores.

El problema es que cerrar mal la boca causa problemas a nivel del músculo de la masticación, del cuello e incluso ocasiona cefaleas en los adultos.

La Patilla

Mira nuestras noticias en Instagram.
SIGUENOS EN INSTAGRAM


Publicaciones relacionadas

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Botón volver arriba