Prohíben el sexo fuera del matrimonio en el Mundial de Qatar: Puede costar 7 años de cárcel

Las estrictas leyes de Qatar contra lo que consideran comportamientos indecorosos, como las muestras públicas de afecto, puede costar muy caro a los aficionados que vayan al Mundial.

Un reportaje del ‘Daily Star’ ha puesto el foco, en concreto, en la problemática que puede tener una relación extramatrimonial (sea con la pareja habitual o no) en un país donde las infidelidades están condenadas con hasta siete años de cárcel.

Nasser al-Khater, director ejecutivo del Mundial de Qatar, ha intentado calmar los ánimos. “La seguridad de cada aficionado es de suma importancia para nosotros”, señala, pero recuerda que “las demostraciones públicas de afecto están mal vistas, no es parte de nuestra cultura, y eso se aplica a todos”.

Y es que, en este caso, no es sólo un problema entre parejas heterosexuales, ya que la homosexualidad está terminantemente prohibida en el emirato.

El citado medio apunta a que, en un contexto festivo como este, es razonablemente habitual que se produzcan relaciones entre personas que no están comprometidas o casadas, algo que es ilegal en Qatar. Algo que en países civilizados occidentales es tan habitual, allí lo es.

“El sexo está muy fuera del menú, a menos que vengas como un equipo de marido y mujer. Definitivamente no habrá aventuras de una noche en este torneo”, apunta una fuente policial en el ‘Daily Star’.

Este tipo de situaciones contraviene lo que comúnmente es una cultura de fiesta, alcohol y, muchas veces, sexo. Las relaciones que se producen en este contexto muchas veces suele acabar en aventuras que no van a más, pero también en parejas estables e incluso matrimonios. Hay infinidad de casos a lo largo de la historia del fútbol en el que dos personas se han conocido en un campo y han acabado formando una familia.

Esto se ha acabado. “No habrá fiestas. Todos y todas deben mantener la cabeza fría, a menos que quieran arriesgarse a acabar en prisión”, advierte la misma fuente policial.

Agencia