Zapatos a 9 bolívares: Docentes cuentan cómo fue su experiencia (Fotos)

Fue una orden oficial de Nicolás Maduro: se debían organizar jornada para vender zapatos a los profesores y docentes del sistema público a un costo de 9 bolívares. Cada profesional podía llevarse el modelo que quisiera y la venta debía comenzar antes que los niños y jóvenes volvieran a los colegios para el año escolar. Ese era el mandato, pero la práctica resultó en otra cosa.
Por un mensaje en WhatsApp se avisó la fecha, hora y lugar de la venta. Como no todos los profesores tienen celular o con la aplicación, muchos se enteraron por algún colega. Los puntos de venta en Caracas se conocieron el sábado 1 de octubre: la escuela Gran Colombia y los liceos Miguel Antonio Caro, Simón Bolívar y Fermín Toro, siendo este último el que reportó mayor número de docentes interesados en la compra.
Según la fuente, después que se puso orden, la jornada transcurrió sin mayor problema. Eso sí, aquí era todo estricto: un solo par por persona, 10 bolívares en efectivo o tarjeta de débito en mano, elegir rápido el modelo y la talla, pagar y salir. Sin embargo, durante las primeras horas, algunos de los que pagaron en efectivo no recibieron cambio porque los zapatos costaban realmente 9.20 bolívares.
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¿Qué productos vendieron además de zapatos?
«Estaban vendiendo zapatos RS21 y Kickers. También bolsos y uniformes. Atienden entre cuatro y cinco muchachas. El primer día vinieron unas 800 personas, el segundo 1.000 y pico», dijo la persona. Además indicó que fueron dos camiones grandes los que distribuyeron los calzados, los cuales se encuentran en un salón almacenados.
La fuente también explicó que no se hacen jornadas de venta seguido porque hay clases: «Así no se puede». Destacó que el segundo día, el domingo 2 de octubre, se vendieron zapatos pasadas las 9:00 pm y que algunas personas llevaron dos pares a pesar de las restricciones.
El mismo sujeto indicó que todavía quedan zapatos en los salones y por eso seguirán haciéndose jornadas en los próximos días: «Tienen que venderlos para que no se pierdan los zapatos». Cuando se le consultó la próxima fecha, volvió a decir que la información solo la dan a conocer por estados de WhatsApp la tarde o noche antes.
¿Cómo fue la jornada en otros lugares?
Una profesora que asistió a una jornada en municipio Ambrosio Plaza, en Guarenas, estado Miranda y pidió anonimato, contó lo siguiente «mi experiencia fue desagradable. Demasiada gente para atender solo en una tarde. La jornada inició a la una».
Cuenta que el proceso de venta empezó el martes 4 de octubre y que se enteró porque un compañero de otra institución le comentó. La subdirección del colegio en el que trabaja investigó el día que les correspondía asistir e informó que su turno sería el miércoles 5 de octubre a la 1:00 pm.

La profesora dice: «(Ese día) asistió todo el personal, pero mayor sorpresa que había más de 70 escuelas entre los municipios Plaza y Zamora tratando de adquirir los zapatos. La organización por parte de los que llevaron los zapatos fue horrible. Nos dividieron en colegios estadales y nacionales. Pasaban a uno de 10 en 10, pero por el desespero se empezaron a colear muchos docentes».
Si pasan las seis, no hay punto
Según explica la profesora, las jornadas se planificaron para empezar desde las 11:00 am hasta las 6:00 pm. Ese día, el miércoles 5 de octubre, los organizadores incluso suspendieron el proceso de venta a las seis. Sin embargo, algunos docentes se quedaron para conseguir que les vendieran el calzado.

Prosigue: «Sabíamos que ellos estaban en su jornada laboral, pero que se llevaran los zapatos antes que los docentes estuvo muy mal visto. Pensamos que si estaba cerrado el sistema de venta, por qué a ellos sí les vendían».
La profesora agregó: «Cuando uno entraba te verificaban en sistema a ver a qué institución educativa pertenecías, y luego cancelabas. Eso era súper rápido. Lo lento adentro era medirse y escoger».

¿Cómo eran los zapatos?
La docente expresó: «Los modelos estaban bien bonitos y muy variados, hasta sandalias hermosas habían. A nosotros nos vendieron un solo par. Al ser uno de los últimos en comprar nos dijeron que debíamos pagar en bolívares en efectivo. Yo le presté a varios compañeros, ya que yo había ido al banco. Ellos nos dieron el vuelto sin pedirlo».

La profesora señaló que para los hombres había tallas desde la 41 hasta la 45 y que los modelos incluían zapatos casuales y deportivos. «Las 35 y 36 volaron, los modelos bonitos, pero había variedad en la 37 a 39 de dama».

Las críticas: ¿qué posición hay sobre ellas?
En redes sociales se ha dicho mucho sobre la venta de zapatos. Algunos señalan que se trata de una burla hacia la condición de vulnerabilidad de los profesores públicos; otros comentan que quienes lo aceptan son parte de un problema sistemático. Sin embargo, para líderes educativos, lo cierto es que evidencia la necesidad de un gremio que es víctima de la precariedad.
«Docentes y no docentes van a ir a comprar los zapatos, sobre todo en este momento que más del 40% de los docentes se han ido de las escuelas. Eso probablemente es un ejercicio de necesidad de quien fue a buscar esos zapatos porque a lo mejor no tenía, y si no tenía, es preferible un zapato de manacho, de mala calidad, a tener el pie descalzo», dijo la profesora Elsa Castillo a El Estímulo cuando fue consultada sobre la iniciativa de Nicolás Maduro.

También expresó: «Yo no voy a decir que es una falta de dignidad, sería golpear a la gente, un pueblo venezolano que está tan agobiado y donde muy probablemente muchos trabajadores hayan dicho: ‘¿Será posible que yo me compre esos de 9 bolívares? Yo me los compro y por lo menos aguanto un tiempo teniendo algo bajo mi pie, aunque sea de mala calidad y sienta la temperatura del asfalto’».
Agencias / El Estímulo