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“La pensión me alcanzó para comprar 20 panes”

Esperar la pensión para “sobrevivir” un mes o por lo menos una semana ya no es una opción en Venezuela. Con el dólar que batió la barrera de los 400 mil bolívares ubicándose la mañana de este jueves 24 de septiembre en 417 mil exactos, el salario de un pensionado está por debajo de un dólar mensual.

Las maniobras que deben hacer los de la tercera edad son cuesta arriba, muchos dependen exclusivamente de lo que en algún momento de sus vidas fue la recompensa por su vida laboral activa, pero al pasar a la lista de pensionados o jubilados del IVSS, han visto como en los últimos años su poder adquisitivo se vuelve “sal y agua”.

“Hace años hacíamos la comprita con la pensión, por lo menos nos alcanzaba para comprar lo suficiente para comer más de una semana, pero ya eso se acabó, ahora ya no quiero ni esperar la miseria que me dan porque más dura la espera que el tiempo que lo tengo en el bolsillo”.

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Así lo expresó Simón Portacio (74), un trabajador jubilado de la industria del gas, quien depende exclusivamente de la entrada del pago de la pensión y de vez en cuando de “uno que otro bono”.

“No le pido a mi familia por vergüenza y porque algunos están peor que yo, trato de comer poquito para que me alcance, siempre estoy pendiente de que llegue un bono para completar, con la última pensión sólo me alcanzó para comprar 20 panes salados”.

Con sus pantalones color marrón desteñidos y unas “cotizas” de caucho, Simón se balanceaba en su mecedora mientras narraba las “maniobras” que hace para subsistir.

“Un pocillo de arroz y un huevito cocido, a veces mis nietos me depositan y puedo comprar un poquito de carne o pollo, esos días los disfruto callado y aprovecho para comprar un platanito para acompañar, lujos que me doy de vez en cuando” exclamó entre risas.

Sin distinción

El hambre no distingue de género o edad, Maibelis Sánchez tiene 84 años, trabajó por más de 25 años en la docencia y se jubiló a los 62 años, afirma que durante los siguientes 10 años pudo vivir tranquilamente con lo que ganaba, pero que de un momento a otro ya no podía comprar casi nada.

“Acostumbrara a ir a la bodega o al supermercado, después ya no podía ir allá y me quedé comprando en la bodeguita de la esquina, pero de repente ni eso, la pensión me la como en un desayuno, de no ser por mis hijos y nietos ya me hubiese muerto de hambre”.

La cifra de pensionados en Venezuela ascendió a poco más de 4 millones 500 mil según un reporte del Gobierno nacional, sin embargo, el estancamiento del salario mínimo ha provocado que lo que antes le funcionaba para comer varios días, ahora no alcance para nada.

Johanny Pernia/Portal de Noticias

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