¿La Tierra Tendrá dos Lunas? Esta Es la Verdad sobre el Objeto 2025 PN7

En los últimos días, una noticia astronómica ha estado circulando por Internet: supuestamente, la NASA habría confirmado que la Tierra tiene una segunda luna que permanecerá con nosotros hasta 2083. Aunque la idea resulta emocionante, lamentablemente no es del todo cierta. Lo que realmente está ocurriendo sigue siendo interesante, aunque no tan monumental.
Nuestro planeta sí tiene un nuevo compañero de viaje, pero no es lo suficientemente grande como para ser considerado una segunda luna. Los astrónomos descubrieron recientemente una diminuta cuasiluna que, según creen, ha estado orbitando el Sol junto con la Tierra desde hace décadas.
La nueva cuasiluna, bautizada como 2025 PN7, fue detectada por primera vez este verano por científicos de la Universidad de Hawái. Su tamaño exacto aún es difícil de determinar, pero está claro que es muy pequeña —al menos en comparación con otros objetos espaciales—. Una estimación indica que mide unos 18 metros de ancho, aunque otras sugieren que podría ser más del doble.
Recibe las noticias directo en tu Whatsapp.
UNIRME A CANAL DE WHATASPP
El Canal del WhatsApp es más seguro, ya que otros usuarios no ven tu número telefónico
Tampoco hay evidencia de que la NASA haya confirmado recientemente la existencia de esta cuasiluna, principalmente porque la agencia ha suspendido prácticamente todas sus comunicaciones públicas desde que comenzó el cierre del gobierno el 1ro de octubre.
¿Qué es una cuasiluna?
Las cuasilunas no son realmente lunas. Son asteroides. A diferencia de nuestra luna, no están unidas gravitacionalmente a la Tierra. En su lugar, son objetos que, por coincidencia, siguen una trayectoria orbital muy similar a la de la Tierra alrededor del Sol, como si fueran dos botes flotando por la misma corriente.
«El sistema solar está lleno de sorpresas, por eso seguimos observando», dijo Carlos de la Fuente Marcos, investigador que coescribió un reciente estudio sobre 2025 PN7, en declaraciones a CNN.
Las cuasilunas no se quedan orbitando la Tierra para siempre. Suelen acompañarla por periodos relativamente breves. Se cree que esta nueva cuasi-luna se unió a la trayectoria terrestre hace unos 60 años y se espera que se aleje por su cuenta en 2083.
Debido a su tamaño tan reducido y a que suelen ser demasiado tenues para detectarse con telescopios convencionales, las cuasilunas no fueron descubiertas sino hasta principios de la década de 1990. Con esta nueva incorporación, ya hay ocho cuasilunas conocidas que se desplazan por el espacio junto a la Tierra.
La relación entre una cuasiluna y la Tierra no es estática. Su posición relativa puede cambiar considerablemente con el tiempo. En su punto más cercano, los astrónomos estiman que 2025 PN7 se aproximó a unos 4 millones de kilómetros de la Tierra —alrededor de 10 veces la distancia que nos separa de la Luna—. En otros momentos, ha llegado a estar a más de 17 millones de kilómetros.
Por qué los astrónomos les emocionan las cuasilunas
El descubrimiento de cualquier objeto nuevo en el espacio siempre es motivo de celebración, pero el hallazgo de una cuasiluna genera un entusiasmo especial. Esto se debe a que, gracias a sus órbitas particulares, las cuasilunas ofrecen a los científicos una oportunidad poco común: estudiar un mismo objeto durante largos periodos de tiempo.
«Su trayectoria en torno a la Tierra permite que incluso asteroides muy pequeños, como este, puedan ser analizados durante años, y muchas veces durante décadas, ya que regresan a visitarnos cada año», explicó el astrónomo aficionado Sam Deen a la revista Sky & Telescope el mes pasado.
La mayoría de los asteroides pasan tan rápido cerca de la Tierra que los astrónomos tienen poco tiempo para estudiarlos. En cambio, las cuasilunas permanecen cerca durante años —o incluso décadas—, lo que las convierte en sujetos ideales para investigaciones a largo plazo. En mayo, China lanzó una sonda llamada Tianwen-2 con la misión de aterrizar sobre una cuasiluna llamada Kamo’oalewa y traer muestras geológicas de regreso a la Tierra para su análisis.



